por Alberto Valencia
El aroma a café inundaba el comedor ese viernes 19 de julio. La calidez de los vapores que emanaban de aquel oscuro elixir servían como refugio apaciguador del frío tiempo que hacía afuera: así inició la primer jornada del Encuentro Nacional de SERAJ, entre risas, saludos y reencuentros cálidos; todo en conjunto formaba una atmósfera de familiaridad y compañerismo.
En el centro de Tlalpan, el Centro de Convenciones Proyecto Cruces fue la sede del evento que ya llevaba siete años sin llevarse a cabo; la emoción de retomar aquella tradición podía sentirse por los aires, misma que reforzó el objetivo del evento: fortalecer la identidad del equipo a partir de una reflexión grupal sobre el quehacer de la institución.
La primera actividad corrió a cargo de Minerva Álvarez y Gemma Castañeda; ellas dieron órdenes a las y los compañeros de tomar un emoji del piso, uno que representara la emoción que tenían en ese momento y que funcionara como carta de presentación: caras enamoradas, tristes, alocadas y hasta nerviosas se hicieron notar junto con anécdotas entre risas y celebraciones de todo el equipo de SERAJ. En total hubo 26 participantes provenientes de Ecatepec, Monterrey, Durango, Puebla y Ciudad de México.
Luego siguió la intervención de Daniela Dorantes, directora general de SERAJ, sobre los derechos de las juventudes resaltando esta palabra porque: “no existe una forma única de ser joven”. El derecho a la educación es el segundo más importante después del derecho a la vida; esto porque es un derecho que abre puertas a conocer otros garantes para una vida digna.
Daniela hizo énfasis en percibir a los derechos como piezas de dominó, pues si uno no se encuentra bien, no permite el ejercicio de los demás; esto resulta contrastante, ya que a veces para permitir el desarrollo de un derecho, otro tiene que verse comprometido: es la prueba de lo complejo que resulta hablar sobre la situación en que se encuentran las y los jóvenes de México.
Esta parte teórica fue aterrizada en aprendizaje práctico por María Eugenia Robles y Diana Zárate, quienes compartieron material sobre los cuatro ejes de acción de SERAJ: educación, empleo, participación y seguridad ciudadana; y sobre los cuales convergen los derechos discutidos, los cuales fueron representados a manera de divertidos sociodramas por todas y todos los participantes. Esta actividad permitió la sensibilización sobre cómo viven las juventudes, en la realidad, sus derechos y los obstáculos que enfrentan.
Después de la comida, misma que estuvo acompañada de una amena plática con las y los compañeros ya en un ambiente más familiar y de confianza, la maestra María Vallarta, quien también forma parte del Consejo de SERAJ, ofreció un Taller sobre enfoque de Género para prevenir la violencia y promover el respeto a los Derechos Humanos, el cual dio fin a la jornada.
Durante el Taller, el equipo de SERAJ mostró sus conocimientos sobre género y diversidad sexual al participar de manera continua y voluntaria: comunidad LGBT+, sexo, género, desarrollo; esos y más fueron tópicos que se discutieron para aclarar dudas, hacer aportaciones y así enriquecer el enfoque de género de Servicios a la Juventud.
El día terminó y llegó la noche, propicia para los huéspedes de Proyecto Cruces que venían del interior de la República; esto porque el lugar es un escenario que invita a recorrerse a pie para conocer sus rincones.
El Encuentro contó con la presencia de dos fundadoras, dos mujeres que en su juventud pugnaron por las juventudes y la salvaguarda de sus derechos: Beatriz Chávez y Tere Lanzagorta quienes nos invitaron a seguir alimentando a la asociación, pues mientras haya jóvenes que necesiten a SERAJ, ésta se mantendrá de pie.
El día siguiente inició con el ya anhelado aroma a café, el cual dio paso a la primera actividad de aquel sábado 20 de julio: un juego organizado por Nayeli Merino y Roberto Romero llamado “Conejos y conejeras”; fue un preludio para la larga discusión sobre el acompañamiento que brindan las y los educadores de SERAJ.
Durante la actividad, las personas que acompañan a las y los jóvenes de Puebla, Durango, Monterrey, Ecatepec y Ciudad de México compartieron sus experiencias, así como las ventajas y problemas que conlleva su labor.
La última actividad fue una introspección conducida por Karina Álvarez, Jéssica Fernández y Miguel Blas, la cual fue plasmada en una imagen donde se buscó dejar impregnada una idea sobre la vida antes y después de ser parte de SERAJ. La emotividad no se hizo esperar y tuvo su culminación en la creación de un rehilete.
Antes de la despedida, fue tomada la foto grupal con las nuevas camisetas al mismo tiempo que un #YosoySERAJ fue lanzado a coro, no sin antes una ronda de abrazos con el pensamiento de que Servicios a la Juventud A.C. es un espacio donde todas y todos pueden ser parte, donde se les escucha y apoya; pero, sobre todo, donde nadie se encuentra sola, ni solo.
· Alberto Valencia, es estudiante de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación y colabora en el área de Comunicación de SERAJ como prestador de servicio social.